Cultivó la música y la escultura. Una serie de sus figuras serían donadas por la propia autora, en 1980, a la Casa de Colón de Las Palmas. Y es notorio también su interés por las matemáticas. Poeta de vocación tardía, publica su primer libro, Campanas en el entresuelo, en 1971. Y, de forma sucesiva: Extraña noche con alba (1972), con prólogo de Juan Marrero Bosch*; Poemas de la vida (1977), con prólogo de Luis García de Vegueta*, o Vivimos un otoño (1980), con prólogo de Antonio Massieu de la Rocha y Verdugo.